Una caldera revisada periódicamente puede durar más de una década y, aunque esto puede ayudar a una mejor vida útil para tu sistema de calefacción, cuanto más vieja sea tu caldera, más le costará al aparato calentar la casa.
Normalmente, las calderas que necesitan ser sustituidas por otras no son suficientemente rentables y pueden llegar a ser un peligro para tu salud y la de los tuyos. Por ello, a continuación, te ofrecemos diez motivos que debes tener en cuenta para cambiar la caldera de tu hogar antes de que pueda provocar daños mayores.
Tu caldera tiene más de 15 años
Una caldera promedio dura alrededor de 15 años. Un buen mantenimiento rutinario puede prolongar la vida de la caldera muchos años más que la media. Sin embargo, los avances en tecnología (particularmente en los últimos cinco años) han hecho que muchas de las actualizaciones desarrolladas no estén disponibles para las calderas más antiguas. Son avances que ayudan a controlar la calefacción, pero que solo se pueden incorporar a modelos que soporten las últimas actualizaciones.
La calificación de eficiencia energética por debajo de la A
Las calderas más modernas se clasifican a través de una escala de eficiencia que va de la A a la G, e indica a los consumidores cómo de eficiente es cada modelo, según su clasificación. Pero ¿de qué informa esta clasificación al consumidor?
El grupo A tiene la mayor eficiencia energética con más del 90 %, mientras que el G indica una eficiencia inferior al 70 %. Por tanto, la sustitución de la caldera del nivel más bajo al más alto puede ayudarte a ahorrar cientos de euros en las facturas cada año.
Hay que reparar la caldera frecuentemente
Aunque comprar una nueva caldera es una gran inversión, las constantes reparaciones de la antigua pueden suponer una fuente de pérdidas. Si siempre tienes que arreglar una serie de problemas que van más allá del mantenimiento general, es posible que haya llegado el momento del cambio.
El coste de las reparaciones es muy alto
Si un especialista te comenta que ya es muy difícil encontrar las piezas necesarias para reparar la caldera, esto puede generar un efecto negativo en cadena. Esta situación puede ocasionar unos gastos de mantenimiento muy altos, además de que probablemente te enfrentarás a una caldera que ya no es tan eficiente como antes. Esto se puede detectar a través de un análisis que evalúe el nivel de eficiencia de la caldera y, si resulta que es inferior al 75 %, es probable que pierdas más del 25 % de la energía que estás pagando por el gas natural.
Tu casa no está tan cálida como debería
Si tu casa se siente fría incluso con la calefacción encendida, entonces la caldera podría tener la culpa. Es importante que un ingeniero que haga la instalación de gas acredite la razón por la cual tu hogar no se calienta como debería, pero suponiendo que los radiadores estén en buenas condiciones, puede ser una señal de que la caldera ya no está funcionando convenientemente.
El aumento de las facturas
Si tu compañía está aumentando el cobro con bastante regularidad, esto podría ser una pista de que la caldera está desperdiciando tu dinero. El cambio a una caldera de bajo consumo de energía te permitiría ahorrar hasta un 30 % en las facturas.
En conclusión, hay muchos aspectos que debes vigilar para asegurarte de tu caldera cumple con su función. Una revisión periódica de la instalación de gas te servirá para saber cuándo ha llegado la hora de cambiar tu caldera.