Revisar una instalación de gas es crucial, pero también lo es cuidar del sistema de aire acondicionado. La higiene en estos aparatos ha de ser la mejor posible, ya que pueden fomentar el crecimiento de diversos patógenos y esparcirlos a través de su propio sistema. ¿Cómo llevar a cabo la limpieza y desinfección?
¿Por qué es importante la higiene en un aire acondicionado?
Cada día estás expuesto a la acción de incontables gérmenes. Estos viajan suspendidos en el aire y comprenden una amplia variedad de organismos. Esporas de hongos, virus o bacterias, cada uno de ellos busca caer en un lugar adecuado en el que desarrollar su ciclo vital y prosperar. La higiene en el hogar incide en limitar el desarrollo de estos microorganismos, sea eliminándolos o negándoles las condiciones adecuadas para que prosperen.
Una desinfección adecuada del hogar es crucial para cumplir con este objetivo. Los equipos de climatización también deben someterse a este proceso, ya que estás expuesto a los mismos peligros que en una oficina o que en un hospital. Por otro lado, las calderas y sistemas de aerotermia también han de limpiarse a fondo para garantizar su buen funcionamiento.
¿Cómo limpiar y desinfectar un aire acondicionado?
Para someterlo a este proceso, primero debes prepararte con los materiales adecuados. Necesitas una máscara protectora, guantes y una camisa de manga larga para que no caigan sobre la piel los productos. Además, desconecta el aparato de la electricidad para que la limpieza sea segura. Quita el polvo de la cubierta y pasa un paño para eliminar restos de suciedad o grasa. Te recomendamos utilizar un jabón con desinfectante para esta tarea.
El filtro es una de las partes clave para limpiar, ya que retiene todo tipo de partículas, gérmenes y suciedad. Retíralo del aparato con cuidado, haz una limpieza preliminar con el paño y luego sumérgelo en agua con jabón neutro. Para desinfectarlo, necesitarás un producto específico, como es el caso de un gel hidroalcohólico.
Una vez listo, deja el filtro secando al sol o en un lugar con poca corriente de aire. Como último paso, has de limpiar las rejillas de ventilación. El método es similar al de la cubierta, ya que recurriendo a un paño húmedo podrás eliminar el polvo y la suciedad acumulados. De esta forma tan sencilla, habrás limpiado y desinfectado este aparato, por lo que ya no tendrás que preocuparte.
Aunque si estás pensando qué debes hacer con la parte externa del sistema, en este caso es mejor que dejes el trabajo en manos de profesionales. Al igual que no haces tú mismo una revisión de la caldera, es necesario contar con expertos que conozcan la unidad externa. Esta es más delicada que la interna y cualquier error durante la limpieza podría salirte caro.
En definitiva, necesitas cuidar tanto de la instalación de gas como del aire acondicionado. Así, tu hogar estará en perfectas condiciones y completamente desinfectado. De esta manera, no tendrás que preocuparte por nada, al menos hasta la próxima vez que tengas que limpiar el equipo.