Cómo diferenciar el etiquetado energético de una caldera

normativa erp

Las calderas evolucionan como todos los elementos en la sociedad, de ahí que la instalación de gas actual se rija por otros patrones, así como también la revisión de caldera y de aire acondicionado ha cambiado en función de su naturaleza y de los gases que emiten. Es decir, la aerotermia ha sufrido una serie de variaciones que hay que tener en cuenta y que explicaremos en las siguientes líneas.

 

Los cambios en la instalación de gas

La nueva Directiva ErP hace referencia a la regulación del diseño medioambiental responsable y marcar la eficiencia de los productos que consumen energía. De este modo, esta normativa se aplica desde agosto de 2015 para las bombas de circulación de bajo consumo y desde finales de septiembre para otros productos de calefacción y producción de agua caliente sanitaria (ACS).

Así, los productos de hasta 70 kW y con capacidad de hasta 500 litros deberán quedar identificados con una etiqueta de eficiencia energética, al mismo tiempo que los consumidores pueden reconocer los diferentes grados de eficiencia con los colores del etiquetado y las letras identificativas de cada etiqueta. Al final, este reglamento va encaminado a un uso más eficiente de los nuevos equipos, a una reducción del consumo de combustible y, por ende, a un mayor beneficio para el medio ambiente.

Los equipos a los que afectan estas etiquetas son calderas de calefacción y bombas de calor de hasta 400 kW de salida, unidades de cogeneración de hasta 400 kW de salida de calentamiento y 50 kW de salida eléctrica, así como ACS y acumuladores de hasta 2.000 litros y los componentes individuales, como controladores de temperatura y unidades solares.

Del mismo modo, el etiquetado de estos elementos hace referencia a unas categorías similares a los que podemos vislumbrar en los electrodomésticos, diferenciados por tipos energéticos para sistemas desde A+++ para productos desde A++ hasta G. Así, la clase A+++ equivaldría a una gran eficiencia, mientras que la letra G hace referencia a la baja eficiencia. Por tanto, para poder diferencia entre un sistema de etiquetado antiguo con uno moderno tendríamos que ver el color de estas etiquetas y su letra correspondiente.

El medio ambiente sale ganando con estas calderas

Las ventajas que podemos destacar a nivel doméstico hablarían de una reducción considerable en la factura a final de mes, así como una mejor concentración del agua y optimización de los recursos para poder disfrutar de un agua mejor regulada y sin tantos cambios de calor a frío.

No obstante, esto es solo una pequeña contribución que se realiza para que el planeta no sufra tanto con los efectos del calentamiento global. De hecho, estas normativas están diseñadas para cumplir con el conocido objetivo europeo 20-20-20, que significa reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 20 % e incrementar la eficiencia energética y el uso de las energía renovables en un 20 %.

En definitiva, la instalación de gas y las calderas han cambiado pero siempre pensando en dejar un mundo mejor para nuestros hijos y nietos.

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