Este tipo de calderas o chimeneas se alimentan de etanol, también conocido como bioetanol que es alcohol destilado que proviene de plantas. Es en este sentido en el que surge la polémica ya que muchos lo ven como un recurso energético potencialmente sostenible, y otros le hacen responsable de grandes deforestaciones.
Chimeneas de etanol o bioetanol
También se les denomina biochimeneas y en los últimos años han ido ganando terreno a otras alternativas sobre todo por el respeto con el medioambiente. Tiene muchas ventajas, por ejemplo una de ellas es que la instalación de una chimenea de bioetanol es muy sencilla, no hace falta meterse en ninguna obra de albañilería. Tampoco exige tener un extractor de humos por lo que nos permite colocarla casi en cualquier sitio.
Su capacidad de calentar los espacios donde se encuentran es muy alta, en poco tiempo pueden calentar el espacio en el que se encuentran. Ademas es un tipo de chimenea muy limpia… así como las chimeneas de pellets desprenden cenizas debido a la la propia combustión, en las chimeneas de bioetanol no existe ceniza ni siquiera polvo. Cosa que se agradece mucho ya que no tiene esa parte que a todo el mundo en mayor o menor medida le preocupa en estos asuntos que es la limpieza, que por ejemplo sí tenemos como deciamos en el caso de pellets u otros más tradicionales.
Quizá el aspecto negativo de este tipo de chimeneas de bioetanol es que aunque no producen ceniza ninguna, si generan un fuerte olor, para solventar esto existen aromas que se le echan al bioetanol para sustituir el olor propio de ello, pero aún así hay que ser ocnscientes que sea un olor u otro, va a tener una presencia alta en ese aspecto este tipo de chimenea.
Alternativas a las chimeneas de bioetanol
Como alternativa podríamos hablar de las chimeneas eléctricas. Hay que dejar claro que calienta mucho menos una eléctrica que una de bioetanol. Las chimeneas eléctricas podemos decir que son más decorativas y sirven de calefacción de apoyo. Lo que se ve en la chimenea no es fuego ni tampoco las brasas ni la madera son reales, todo es un juego de iluminación.
En el interior de estas llevan una resistencia eléctrica que puede ser de unos 1.000 a 2.000 w como máximo, con un ventilador que ayuda a que el calor se distribuya por convección. Como hemos dicho, sirven de complemento calefactor pero no como única vía de energía porque no calientan demasiado y además consumen mucha luz.
